BIOGRAFIA

Vilma Márquez es una mujer multifacética: artista plástica, escritora, deportista, gestora cultural y defensora de la sensibilidad humana. Nacida en esa tierra ahora de grandes cambios, El Salvador, de la cual se siente profundamente orgullosa, lleva consigo sus raíces como parte viva de su obra y de su visión del mundo.

Radicada desde hace más de dos décadas en República Dominicana, ha construido una trayectoria que entrelaza arte, palabra, deporte y vida con autenticidad y compromiso.

Se formó en la Escuela Nacional de Artes Visuales de Bellas Artes de Rep. Dominicana (ENAV). Complementó su formación en la Escuela de Técnicas de Pintura Vincent Van Gogh y en el Taller Tamayo (México), especializándose en teoría del color, retrato, técnicas clásicas y temple al agua. Ha participado en múltiples talleres de escultura, grabado, vitrales, ilustración, acuarela y estética contemporánea.

Su obra transita entre la pintura, el dibujo, la escultura y las técnicas mixtas, con un enfoque figurativo y simbólico. Los temas que recorre —la mujer, la infancia, la memoria y la dignidad humana— se expresan desde una narrativa visual que invita a la contemplación y a la reflexión. Muchas de sus piezas incorporan la palabra poética como una extensión del trazo.

Como escritora, ha publicado dos poemarios y ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales. Es miembro de la Sociedad Internacional de Poetas. Su novela El crimen que jamás conté, recientemente finalizada, será publicada en 2026.

Ha participado en exposiciones colectivas en República Dominicana y Estados Unidos, incluyendo el Willie Velásquez Hispanic Excellence Award Luncheon (Houston, 1999) y la 5.ª Exposición Anual de Pintura y Escultura de Telemundo KTMD y Don Marcelo Marini (Houston, 2000). En 2025 presenta su exposición individual “Desde El Salvador. Pigmentos de mi tierra”, auspiciada por la Embajada de El Salvador en República Dominicana.

Actualmente desarrolla el proyecto de la Fundación Rodrigo Escobar, con el propósito de apoyar a jóvenes artistas con recursos limitados.

Su mayor tesoro es su familia. Es madre, abuela, esposa y hermana, y lleva consigo las memorias de quienes ama como la raíz viva que sostiene su arte y su visión del mundo. En su obra, en su letra y en su andar, deja siempre un testimonio de amor, fuerza y verdad.